Los antiguos habitantes de Chiguata, al necesitar tierras de
cultivo adicionales a las que les ofrecían sus estrechos valles, intentaron
ganar esas tierras a costa de los cerros
y crearon los primeros andenes de la zona.
Los andenes son pues, bancales o
conjuntos de terrazas escalonadas construidas en las laderas de los cerros y
rellenados con tierra de cultivo, lo que
implicaba una gran inversión de fuerza de trabajo.
Los andenes de Chiguata poseen un
atractivo extra más allá del histórico y de sus originales motivaciones
económicas: Son en sí mismos recursos paisajísticos y su distribución en los cerros
no está exenta de valores estéticos. Muchos de ellos siguen la curva natural de
las laderas lo que hace que guarden armonía visual con el entorno. La idea de
jardines colgantes en los cerros, puede calzar bien con la descripción de los
andenes.
La andenería de Chiguata y anexos,
son un patrimonio cultural vivo que mantiene la población al transmitir de
generación en generación el conocimiento de los sistemas tradicionales de
cultivo y riego. Buena parte de estos andenes son usados hasta el día de hoy,
lo que refleja la calidad de su diseño.
Pues bien, a continuación podemos
apreciar la belleza de la andenería inca de Chiguata.
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